En cada amanecer, cuando el sol acaricia con su luz dorada, mi corazón se llena de la esperanza que solo tú puedes ofrecer. Como un verso de Neruda, cada palabra que susurro a la brisa es un eco de mi amor por ti, un amor que trasciende el tiempo y el espacio.
Tus ojos, dos luceros en la noche, me guían en la oscuridad. En ellos encuentro la paz que el mundo a menudo me niega. Eres la melodía que resuena en mi alma, un canto de amor eterno que me envuelve y me hace soñar.
Cada momento a tu lado es un poema que se escribe con la tinta de nuestras risas y susurros. En este viaje juntos, cada paso se convierte en un verso, cada abrazo en una estrofa, y cada beso en un soneto que atesoro en mi corazón.
Así como el río fluye hacia el mar, mi amor por ti es un torrente incesante. Te prometo que siempre seré tu refugio, tu compañero, y tu amante. Con cada latido, mi corazón grita tu nombre, Nancy, mi musa, mi vida.